31 may 2007

Supervivencia

¿Te ha sucedido sentir fuera del lugar de trabajo la misma repugnancia y el mismo cansancio que sentís cuando estás en el?
Esto sucede ya que está en todas partes. Es la mañana, el tren, el coche, el paisaje destruído, la máquina, los jefes, la casa, los diarios, la familia, el sindicato, la calle, las compras, las imágenes, la paga, la televisión, el lenguaje, las vacaciones, la escuela, los trabajos caseros, el aburrimiento, la cárcel, el hospital, la noche. Es el tiempo y el espacio de la supervivencia cotidiana. Es la costumbre de los gestos repetidos, de las pasiones rechazadas y vividas por delegación, por imágenes interpuestas.
Toda actividad reducida a la supervivencia es un trabajo forzado; todo trabajo forzado transforma el producto y el productor en objeto de supervivencia, en mercancía.
La mercancía es el corazón de un mundo sin corazón; es la fuerza y la debilidad del poder jerarquizado, del Estado y de su burocracia. La libertad y la felicidad individuales de todos no sólo exigen que se le asesten golpes sino fundamentalmente su aniquilación definitiva y total.
El rechazo del trabajo corre paralelo con el rechazo de la mercancía. Tiene todas las posibilidades de extenderse al rechazo de todos los roles, de todos los comportamientos que nos llevan a actuar no en función de nuestros deseos y nuestras pasiones sino en función de imágenes, buenas o malas, que nos son impuestas y que son la mentira a través de la cual se presenta la mercancía. Calculá lo que queda de vos cuando acumulas durante el día los roles de padre de familia, de esposo, de obrero, de automovilista, de militante, de telespectador, de consumidor...


[Extraído y adaptado del "Archivo Situacionista hispano: de la huelga salvaje a la autogestión generalizada". Texto completo en http://sindominio.net/ash/ash.htm]

30 may 2007

El Método del Ataque Difuso

Es momento de abandonar las concepciones que nos llevan al pasivismo. La noción de la ínfima cantidad de personas que toma conciencia del carácter opresivo, asfixiantemente rutinario de la vida en la sociedad actual envenada hasta la médula por el sistema capitalista, en relación a la gran cantidad de personas que llevan una vida inerte sin plena conciencia, actuando y respondiendo a los estímulos de modo automático y sin miramientos, no debe bajo ninguna circunstancia desalentar la acción. Actuar siendo pocos no sólo constituye un límite, sino que representa un modo distinto de pensar la transformación social misma. Los libertarios son los únicos que imaginan una vida colectiva no subordinada a la existencia de centros directivos. La auténtica hipótesis federalista es la que hace posible el acuerdo entre libres uniones de individuos. Las relaciones de afinidad son un modo de concebir la unión, ya no sobre la base de la ideología y la adhesión cuantitativa, sino a partir de la conciencia recíproca, la confianza y de la comunidad de pasiones proyectuales. Pero la afinidad en los proyectos y la autonomía de la acción individual no tienen sentido si no pueden ensancharse sin ser sacrificadas a supuestas necesidades superiores. La unión horizontal es aquello que concretiza cualquier práctica de la liberación: una unión informal, de hecho, capaz de romper con toda la representación. Una sociedad centralizada no puede renunciar al control policial y al mortal aparato tecnológico. Para esto, quien no sabe imaginar una comunidad sin autoridad estatal no tiene instrumentos para criticar la economía que está destruyendo el planeta, quien no sabe pensar una comunidad de únicos no tiene armas contra la mediación política. Al contrario, la idea de la libre experiencia y de la unión de afinidades hace posible un completo vuelco social. Sólo abandonando toda idea de centro se puede construir una vida sin imposiciones y sin dinero.

En este sentido, el método del ataque difuso es una forma de lucha que trae consigo un mundo distinto. Actuar cuando todos predican la espera, cuando no se puede contar con grandes séquitos, cuando no se sabe por anticipado si se obtendrán resultados; actuar así significa ya afirmar por qué cosa combatimos: por una sociedad sin medida. He aquí entoncesque la acción en grupos de afines contiene la más importante de las cualidades, la de no ser una simple toma de conciencia táctica, sino de realizar al mismo tiempo el propio fin, liquidando la mentira de la transición (la dictadura antes del comunismo, la certeza del resultado antes de la acción, los pedidos de financiación antes de la expropiación, los "bancos éticos" antes de la anarquía, etc.) significa hacer de la revuelta misma un modo diferente de concebir las relaciones. Quien grita que ya no es más -o que no es todavía- tiempo de revuelta nos revela de antemano cuál es la sociedad por la que combate. Por el contrario, sostener la necesidad de una insurección social, de un movimiento incontenible que rompa con el Tiempo histórico para hacer emerger lo posible, significa decir algo simple: no queremos dirigentes. Hoy el único federalismo concreto es la rebelión generalizada.Para rechazar toda forma de centralización se necesita ir más allá de la idea cuantitativa de lucha, es decir la idea de llamar a unirse a los explotados para un choque frontal con el poder. Se necesita pensar otro concepto de fuerza para quemar las grillas del censo y cambiar la realidad.

"Regla principal: no actuar en masa. Conducid una acción de a tres o de a cuatro como máximo. El número de los pequeños grupos debe ser lo más grande posible y cada uno debe aprender a atacar y desaparecer velozmente. La policía trata de aplastar a un grupo de miles de personas con un solo grupo de cien cosacos. Es más fácil enfrentar a un centenar de hombres que a uno solo, especialmente si éste golpea por sorpresa y desaparece misteriosamente. La policía y el ejército no tendrán poder si Moscú se cubre de estos pequeños destacamentos inaferrables [...] No ocupar fortalezas. Las tropas siempre serán capaces de tomarlas o simplemente destruirlas gracias a su artillería. Nuestras fortalezas serán los patios internos o cualquier lugar desde el cual sea accesible golpear y fácil salir. Si tuvieran que tomar estos lugares, no encontrarían a nadie y perderían gran cantidad de hombres. Es imposible para ellos agarrarlos a todos porque deberían, para esto llenar cada casa de cosacos".
Aviso a los insurrectos. Moscú, 11 de diciembre de 1905.


[Extraído y adaptado de "Ai Ferri Corti: Romper con esta realidad, sus defensores y sus falsos críticos. Texto completo: Mariposas del Caos]

24 may 2007

Espacios libres



En el mundo moderno, el control es ejercido sobre nosotros de forma automática, mediante los lugares en los que nos movemos y vivimos. Participamos de ciertos rituales en nuestras vidas: el trabajo, "el tiempo libre", el consumo, la sumisión; porque el mundo en el que vivimos, está diseñado solamente para ello. Todos sabemos que los centros comerciales están para que compremos, las oficinas son para trabajar, las irónicamente llamadas "salas de estar" son para "estar" mirando televisión, y las escuelas están para obedecer a los profesores. Todos los lugares por los que viajamos tienen significados preestablecidos, y todo lo que se necesita para que sigamos haciendo las cosas automáticamente, es mantenernos andando por los mismo caminos. Es difícil hacer otra cosa en las grandes tiendas, que no sea mirar y comprar mercancías; y acostumbrados como estamos a hacerlo, es difícil concebir que podríamos estar haciendo otras cosas ahí, sin mencionar que - pensándolo bien- hacer algo que no sea comprar es casi siempre ilegal.
Cada vez - en todo el mundo- hay menos y menos espacios libres, no edificados, en los que se pueden dejar correr nuestras mentes y cuerpos libremente. Casi todos los lugares a los que puedas ir son propiedad de una persona o empresa, a los que ya se les ha dado un nombre e impuesto un uso: finca privada, distrito comercial, autopista, aula de clase, parque nacional. Y nuestras muy previsibles rutas a través del mundo raramente nos acercan a las áreas libres que aún quedan. Estos espacios, donde el pensamiento y el placer pueden ser libres en cualquier sentido, están siendo reemplazados por entornos cuidadosamente controlados al estilo Disneylandia, donde nuestros deseos son prefabricados y nos son vendidos a expensas de nuestro dinero y nuestras emociones.
Dar nuestro propio significado al mundo y crear nuestros propios caminos para jugar y actuar en ellos, es parte fundamental de la vida humana.

23 may 2007

Civilización: ¿Qué?

Para cualquier ciudadano occidental la palabra “primitivo” tiene connotaciones inequívocas: si bien originalmente hace alusión a “primario”,dada la carga que nuestro mundo moderno le ha impuesto se liga más bien con “tosquedad, elementalidad”. Por extensión nos lleva a “falta de desarrollo”, “atraso”; y más aún: “pobreza”.

En otros términos: “barbarie”. Si algo caracteriza la noción en juego no es tanto su alusión
a “viejo”, “arcaico” sino su referencia a atraso comparativo. Al lado de lo “primitivo” está lo “desarrollado”. Según el diccionario de la Real Academia Española, “primitivo” “se dice de los pueblos aborígenes o de civilización poco desarrollada, así como de los individuos que los componen, de su misma civilización o de las manifestaciones de ella”. En definitiva: “civilización” (la cultura ganadora) versus “barbarie” (los derrotados). Esos “ganadores” son la medida y única referencia de las cosas.

El capitalismo, se ha impuesto globalmente en estos últimos siglos.
Sus formas generales, imponen su lógica sobre toda otra forma cultural.
En nombre de la obtención de ganancia económica el planeta completo ha cambiado en forma dramática. Todo pasó a ser materia prima para explotar o mercadería para vender.

Esta cosmovisión se constituyó sin más en la cultura dominante, aquella con que los “triunfadores” juzgaron a los derrotados. La cultura occidental, industrialista, apoyada en sus conceptos científicos racionalistas, movida exclusivamente por el afán de lucro, pasó a ser así el molde para juzgar a todas las otras culturas.

Su triunfo consiste en haber avasallado a las culturas a las que sojuzgó, relegándolas al lugar de “atrasadas”, imponiéndole sus propios esquemas: todas son proveedoras de materias primas para los países centrales, todas deben consumir lo que la industria “desarrollada” de esas naciones produce, todas deben subsumirse ante la metrópoli global que marca las reglas de juego.

Sin dudas los prejuicios nos constituyen. La fuerza de la dominación es tan grande que termina naturalizándose, y un ejercicio de poder forjado a sangre y fuego se torna normal. Tan “normal”, que se pierde su carácter de invasiva, de destructiva. La contracara de esa dominación es la aceptación pasiva del dominio por parte del dominado.
Quizá no haya peor arma de control masivo que la cultura puesta al servicio de los poderes.

En función de ese modelo de desarrollo (fallado en sus orígenes, porque sobran productos
superfluos y siguen sin resolverse problemas básicos de la humanidad) el planeta se está empezando a poner en serio riesgo. Las tragedias de origen ambiental a las que asistimos, son todas consecuencias de un modelo depredador que no tiene sustentabilidad en el tiempo. Las sociedades agrarias “primitivas”,son mucho más racionales en su equilibrio con el medio ambiente que el modelo industrialista consumidor de recursos no renovables que nos legó el capitalismo.

Nadie es más “civilizado” que nadie. Si desarrollo es sinónimo de destrucción del medio ambiente, eso es la expresión más descarnada de imbecilidad, y nada más

Así consideradas las cosas cada vez es más evidente lo que dijera Rosa Luxemburgo entonces:
“socialismo… o barbarie”.

17 may 2007

Ningún amo podrá quitarnos la posibilidad del rechazo

La vida no puede ser sólo algo de lo cual aferrarse. Es un pensamiento que florece en todas partes, por lo menos una vez. Tenemos una posibilidad que nos hace más libres que los dioses: la de irnos. Es una idea para saborear hasta el fondo. Nada ni nadie nos obliga a vivir. Ni siquiera la muerte. Por eso nuestra vida es una tabula rasa, una tablita que todavía no ha sido escrita y que entonces contiene todas las palabras posibles. Con una libertad similar no podemos vivir como esclavos. La esclavitud está hecha para quien está condenado a vivir, para el que está destinado a la eternidad, no para nosotros. Para nosotros está lo desconocido.
Lo desconocido de ambientes en los cuales perderse, de pensamientos jamás recorridos, de garantías que saltan por el aire, de perfectos desconocidos a quienes regalar la vida. Lo desconocido de un mundo al cual poder donarle los excesos del amor de sí. El riesgo, también. El riesgo de la brutalidad y del miedo. El riesgo de verlo finalmente a la cara, el mal de vivir. Todo esto encuentra quien quiere terminar con el oficio de existir.
Nuestros contemporáneos parecen vivir de oficio. Se enloquecen abarrotados por miles de obligaciones, incluida la más triste -la de divertirse-. Enmascaran la incapacidad de determinar la propia vida con detalladas y frenéticas actividades, con una velocidad que administra comportamientos cada vez más pasivos. No conocen la ligereza de lo negativo.
Podemos no vivir, he aquí la más bella razón para abrirse paso con fiereza hacia la vida. "Para dar las buenas noches a los músicos siempre hay tiempo; lo mismo vale darse vuelta y jugar" -así habla al materialismo de la alegría-.
Podemos no hacer, he aquí la más bella razón para actuar. Recogemos en nosotros mismos la potencia de todos los actos de los que somos capaces, y ningún amo podrá quitarnos la posibilidad del rechazo. Aquello que somos y que deseamos comienza con un no. De allí nacen las únicas razones para levantarse a la mañana. De allí nacen las únicas razones para ir a asaltar un orden que nos sofoca.
Por un lado está lo existente, con sus costumbres y sus certezas. Y de certezas, este veneno social, se muere.
Por el otro lado está la insurrección, lo desconocido que interrumpe en la vida de todos. El posible inicio de una practica exagerada de la libertad.

16 may 2007

Soy intolerante y amo discriminar.

Hoy me voy a meter con dos palabritas que están muy de moda: Intolerancia y Discriminación.


Desde hace ya un largo tiempo estamos acostumbrados a que las palabras de marras tienen una malísima prensa. Es malo ser intolerante. Es malo discriminar.

Empecemos por la famosa tolerancia que se nos pide insistentemente. "Hay que ser tolerantes" nos dicen .Yo encuentro esa frase verdaderamente siniestra. ¿Tolerar a qué o a quién? Por lo común la frase se cuela a propósito de gays, o de otras razas, o religiones. Y aquí está el error.
Porque "tolerar" es aguantar, sufrir, soportar algo que nos disgusta o nos molesta. De manera que en el fondo el llamado a la "tolerancia" es reconocer que las cosas diferentes del otro nos molestan (aunque somos buenitos y los toleramos), o más bien un llamado a no reaccionar frente a las cosas que nos molestan. Ambos puntos están ligados y constituyen, creo yo, una pequeña trampa.

De lo que se trata, me parece, es de entender cuáles son las bases para establecer lo que nos molesta. A mi modo de ver esta mal que nos moleste un negro, o una persona humilde, o un gay porque son gente que no nos ha hecho nada, y por lo tanto no hay nada que "tolerarles"; mientras que me parece perfectamente legítimo odiar a Videla, a Cavallo, o a Lopez Murphy porque son gente que nos ha hecho, o quiere hacernos daño y representa intereses nefastos, por lo tanto la "tolerancia" tampoco tiene nada que hacer acá.

Históricamente, el fascismo y el autoritarismo nos han impulsado a desviar nuestra bronca de los segundos para volcarla en los primeros. Hoy el posmodernismo imbécil nos invita a rectificar... pero parcialmente: no debemos volcar nuestra bronca en nadie y debemos "aceptar la diversidad". La idea es que los responsables de cualquier desastre queden impunes.

Discriminación es la otra palabreja. Discriminar es horrible nos dicen.

Y sin embargo la discriminación, la facultad de discriminar, es fundamental para el ser humano. Discriminar significa separar lo bueno de lo malo, la paja del trigo. Discriminar significa comerse el chocolatín en vez del jaboncito, no desayunar con líquido de frenos, descartar los melones en la confección de un collar, etc.

Otra vez, la discriminación es muy necesaria, sólo que hay que vigilar las bases sobre las cuales se ejerce, pero jamás renunciar a ella, como nos propone la cultura light.

Hagamos una lista de cosas que no toleramos, y que discriminamos, y preguntémonos cuál es la base de esa intolerancia y esa discriminación; cuestionémosla. Pero si vemos que realmente no nos bancamos cosas injustas, y que no aceptamos cosas inaceptables, entonces adelante: discriminemos, no toleremos.

15 may 2007

Unite a la resistencia. Enamorate

Enamorarse es el más extremo acto de revolución, de resistencia al tedioso, socialmente restrictivo, culturalmente constrictivo mundo actual.

El amor transforma el mundo. Donde el enamorado anteriormente sentía aburrimiento, ahora siente pasión. El mundo que algún día parecía vacío y aburrido se llena de significado, de riesgos y recompensas, de majestuosidad y peligro.
El amor empuja al enamorado fuera de la rutina de la vida diaria y lo separa de otros seres humanos. El amor amenaza al orden establecido de nuestras vidas modernas. Los aburridos rituales de la productividad laboral y la etiqueta socializada no significarán nada para un hombre que se ha enamorado, pues hay fuerzas más importantes guiándolo que la simple inercia y honor a la tradición.
El amor amenaza a nuestra sociedad misma. es temido por los burgueses, pues significa un gran peligro para la estabilidad y pretensión que ellos codician, deja todas las emociones al desnudo y revela los secretos que los hombres y mujeres domesticados no pueden soportar.
El amor verdadero es irresponsable, irreprimible, rebelde, desdeñoso de cobardía, peligroso para el enamorado y todos los que la rodean, pues solo sirve a un amo: la pasión que hace que el corazón humano lata más rápido.
El enamorado habla un distinto lenguaje moral y emocional que el típico hombre burgués habla. El hombre burgués promedio no tiene esos deseos que queman. Tristemente, todo lo que conoce es la desesperación silenciosa de pasar la vida persiguiendo metas establecidas para él por su familia, sus educadores, sus empleadores, su nación y su cultura, sin siquiera haber considerado sus propias necesidades y deseos. Sin el ardiente fuego del deseo para guiarlo, el no tiene criterio para escoger lo que es correcto o incorrecto para él. Es forzado a adoptar algún dogma o doctrina a seguir durante su vida. El enamorado no necesita principios prefabricados a seguir, él ve belleza y significado en el mundo, porque sus deseos pintan al mundo en esos colores. No necesita dogmas, ni sistemas morales, ni mandos e imperativos.-
El amor, como la mayoría de nosotros lo conoce actualmente, es un ritual cuidadosamente preescrito y preordenado, algo que sucede los viernes en la noche en cines y restaurants lujosos, algo que llena los bolsillos de los accionistas de las industrias del entretenimiento. Este "amor" comercializado y regulado, no tiene nada que ver con el amor apasionado, que quema y consume al verdadero enamorado. Estas restricciones, expectaciones y regulaciones suprimen al amor verdadero; pues el amor es una flor salvaje que no puede crecer dentro de los confines preparados para ella, sino que aparece donde menos se le espera.

Enamorate hoy, de hombres, de mujeres, de música, de ambiciones, de vos
mismo... de la vida!

14 may 2007

Sobre el contenido de tu vida diaria

PENSÁ ACERCA DE LAS EXPERIENCIAS CORPORALES DIRECTAS DE TU VIDA. NADIE PUEDE MENTIRTE ACERCA DE ELLO.
¿Cuántas horas al día pasás frente a la pantalla del televisor?, ¿frente a la pantalla de la computadora?, ¿detrás del parabrisas de un auto?, ¿cuánta horas al día si sumas las tres?
¿DE QUÉ TE ESTÁS PROTEGIENDO?
¿Cuánto de tu vida te llega por medio de una pantalla, a través de terceros? (¿Mirar hacer las cosas, es tan emocionante como hacerlas vos misma? ¿Tenés suficiente tiempo para hacer todo lo que querés? ¿Tenés la suficiente energía para ello?)
¿Y cuántas horas dormís al día? ¿Cómo te afecta el tiempo estandarizado, diseñado únicamente para sincronizar tus movimientos con los de millones de personas? ¿Cuánto tiempo pasás sin saber qué hora es? ¿Quién o qué controla tus horas y tus minutos?
ESAS HORAS Y ESOS MINUTOS QUE, SUMADOS, FORMAN TU VIDA.
¿Podés ponerle precio a un hermoso día, en el que los pájaros cantan y la gente pasea junta? ¿Cuánto dinero necesitás que te paguen para que permanezcas encerrado y vendas cosas o archives papeles? ¿Qué podés llegar a obtener luego, que recompense este día de tu vida?
¿Cómo te afecta el estar entre el tumulto, rodeada por masas anónimas? ¿Te enontrás a vos misma limitando tus reacciones emocionales hacia otros seres humanos?
¿Y quién prepara tus comidas? ¿Comés sola a veces? ¿Son muchas las veces que comes parado? ¿Cuánto sabés acerca de lo que comés y de dónde proviene? ¿Cuánto te fiás de ello? ¿De qué nos estamos privando al utilizar aparatos que nos ahorran trabajo? ¿y por los aparatos que nos ahorran pensar? ¿Cómo te afectan los requisitos de eficiencia que atribuyen mayor valor al producto antes que al proceso, al futuro antes que al presente, (ese momento presente que es cada vez más corto, a medida que nos aceleramos más y más hacia el futuro)? ¿Hacia qué nos estamos acelerando?
¿ESTAMOS AHORRANDO TIEMPO? ¿AHORRÁNDOLO PARA QUÉ?
¿Cómo te afecta ser dirigido a través de caminos preescritos, en ascensores, autobuses, metros, escaleras mecánicas, autopistas y veredas? ¿Cómo te afecta el moverte, el trabajar, y el vivir en dos -y tres- dimensiones? ¿Cómo te afecta el estar organizada, inmovilizado, y programada; en vez de errante, vagando libre y espontáneamente?, ¿reciclando "basura"?, ¿liberando productos de las tiendas?
¿Cuánta libertad de movimiento poseés: libertad de moverte a través del espacio, de moverte tan lejos como quieras, en nuevas e inexploradas direcciones?
¿Y cómo te afecta esperar?: esperar en filas, en medio del tráfico, esperar para comer, esperar al autobús, esperar para ir al baño; constantemente aprendiendo a castigar e ignorar tus necesidades espontáneas.
¿Y cómo te afecta el postergar tus deseos? ¿La represión sexual? ¿El aplazamiento o la negación del placer, comenzando en la niñez, junto con la supresión de todo lo espontáneo que hay dentro de vos: todo lo que evidencia tu naturaleza salvaje, tu pertenencia al reino animal?
¿ES PELIGROSO EL PLACER? ¿PODRÍA SER PLACENTERO EL PELIGRO?
¿Necesitás a veces ver el cielo? (¿Aún podés ver muchas estrellas en él?) ¿Necesitás a veces ver agua, hojas, plantas, animales? ¿Brillando, resplandeciendo, moviéndose?
¿Es por ello que tenés una mascota, un acuario y plantas de interior? ¿O son la televisión y el video, tu brillo, tu resplandor, tu movimiento?
¿CUÁNTO DE TU VIDA TE LLEGA POR MEDIO UNA PANTALLA, A TRAVÉS DE TERCEROS?
¿Te fascinan los videos de vos y tus amigos, como si fueras de algún modo más real en imágenes de lo que sos en vida?
¿Si hiciesen una película de tu vida, valdría la pena mirarla? ¿Y cómo te sentís en situaciones de pasividad forzosa? ¿Cómo te afecta el incesante asalto de comunicación simbólica -sonora, visual, impresa, en carteles, videos, computadoras, radio, voces robóticas- al ir vagando por una jungla de carteles? ¿Qué es lo que te están imponiendo?
¿Necesitás a veces soledad, tranquilidad, reflexión? ¿Lo recordás? ¿Pensar por vos misma, antes que por mera reacción a estímulos? ¿Te resulta difícil no mirar?
¿ES DEJAR DE MIRAR JUSTAMENTE LO QUE NO ESTÁ PERMITIDO?
¿Adónde podés ir y encontrar silencio y soledad? No silencio artificial, sino silencio puro. No aislamiento, sino una tierna soledad. ¿Cuántas veces te detuviste a hacerte preguntas como éstas?¿Te encontrás cometiendo actos de violencia simbólica?¿Te encontrás a veces solo, de tal manera que ni siquiera las palabras lo pueden expresar?
¿Te sentís a veces a punto de PERDER EL CONTROL?

1984, Falseamiento de la Realidad

“En una época de universal engaño,
decir la verdad constituye un acto revolucionario”

"Si la libertad significa algo, será, sobre todo,
el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír."

La única manera de perpetuar un régimen es falseando la realidad, perpetuando la mentira. Para que el sistema funcione, hay que acabar con la disidencia. El crimental es el mayor delito, y para evitarlo hay que terminar con las causas que conducen al mismo. Hay que manipular el pasado, hacerlo inexistente si es necesario. "Quien controla el presente controla el futuro. Quien controla el pasado controla el presente." Este axioma tiene una interpretación evidente: el futuro será de quienes han manipulado el pasado hasta el punto de modelarlo a su antojo. Mediante la anulación de cualquier tiempo que no sea el mismo presente se podrá evitar la contestación al régimen: la disidencia suele recurrir a factores históricos, a un pasado en el que las cosas no eran como ahora, y ese recurso al pasado conduce a rectificar el presente y mejorar el futuro. Anulando la línea temporal se atajan de raíz estas posibilidades. El único pasado existente es aquel que el Sistema dispone, y puede cambiarlo a su antojo, si una cifra de producción de chocolate no cuadra, si un objetivo del plan trienal no se cumple, si tres líderes antirrevolucionarios deben ser vaporizados. Cualquier discordancia entre el pasado y la propaganda oficial puede inducir a pensar que el presente no es perfecto o no está completamente controlado. Ante la imposibilidad de viajar en el tiempo para modificar esos parámetros descontrolados, la única manera posible de eliminar el problema es borrándolos de la memoria. Si se manipulan y adulteran, los nuevos registros pasarán a ser la única verdad. La antigua verdad nunca habrá existido, luego no será verdad. No será. Una persona incómoda para el régimen, será anulado como persona, primero se le despojará de su personalidad y más tarde, cuando su ejemplo viviente ya haya sido interiorizado por el súbdito, será vaporizado, será no persona.
No será.
No habrá sido nunca
.

13 may 2007

No queremos su paz social

No quiero la igualdad que me ofrecen sus leyes, ni Organizaciones No Gubernamentales que se preocupan más por la violación a los derechos humanos, que las violaciones a las personas mismas, como si de un problema legal se tratase. Nuestra libertad no es un regalo divino, ni un premio de la ONU por haber nacido en el mundo occidental, nuestra libertad es algo natural, no un derecho. Los autoritarios se han tomado el atrevimiento de otorgarnos derechos, esto puede suceder sólo en una sociedad de control continuo, donde a nuestras necesidades las llamaron "derechos" para luego pedirnos que cumplamos "deberes".
Me da lo mismo si se viola o no un artículo de la Constitución Nacional, no me interesa la igualdad "ante la ley y ante dios", me interesa qué sucede con las personas.
No quiero su paz social, la paz de los cementerios, su paz que quisiera significar "ausencia de guerra", "ausencia de guerra aparente" mejor dicho, porque en guerra estamos. Y quizás no la guerra de clases que algunos revolucionarios quisieran, la guerra de los ricos contra pobres existe, es innegable, pero ¿y de los pobres hacia los ricos qué? A veces pareciera que sólo servidumbre.
Y bueno... así es la democracia, aunque muchos digan que esto es una "falsa democracia", esto es la democracia, no se qué pretenden de este orden social. ¿Libertad? No, LIBERTAD nunca, pueden tener "libertad de expresión", "libertad de comercio" y demás parcialidades y basura, pero libertad nunca. Somos anti-democráticos pero eso no nos convierte en simpatizantes de la dictadura militar, como estar en contra de los partidos de izquierda no nos convierte en simpatizantes de partidos de derecha.
¿Intolerante? Claro que sí, ya no estamos cansados, estamos hartos de sufrir este órden de las cosas. La tolerancia es una mediadora ciega que asegura la continuidad de la democracia, que obliga a la explotada a dialogar con su patrón, quien no va a dudar en llamar a la polissía si el explotado ataca.
Entonces que la tolerancia se la guarden los verdaderos cristianos junto a sus sagradas biblias, quienes dicen que siempre van a poner la otra mejilla, nosotros solo vamos a poner la otra mejilla si nos espera un buen beso.
No debemos tener miedo al expresarnos, así sea con acciones o con palabras (escritas o habladas). ¿Qué queremos? ¿Aceptación? No, queremos complicidad. ¿De qué nos sirve una buena imagen en la opinión pública sacrificando nuestras ideas y dignidad?

11 may 2007

El abrumador desierto de la sociedad industrial

Afuera, celebrando el triunfo de la ciudad moderna, la gente sin rostro, los hijos de la alienación y la automatización, en su alocada carrera a ningún lado (o al lugar de siempre, lo mismo da al fin y al cabo), en su paranoia artificializada, producida, difundida, comprada y consumida; subiendo y bajando de sus colectivos con prisa, siempre con prisa, de sus autos, mirando por sus ventanas, sus pantallas; transitando en trayectos previamente definidos por sus veredas, de pie disponiéndose a comer sus almuerzos hechos con quién sabe qué en quién sabe dónde, "descansando" en sus plazas como oasis impuestos en el negro y cancerígeno corazón de las ciudades, bloques moribundos palideciendo con el lastimoso estertor del constante latido hacia la perfección, el vertiginoso fluir intravenoso del progreso, el insoportable hedor ígneo de la mentira bíblica, apocalipsis intelectual, el opio de las masas.
El insoportable vacío de la vida amputada, corrompida, cotidiana, reprimida, mutilada.
El amargo ocaso anoréxico de la libertad.

10 may 2007

Poder

El poder opera sólo destructivamente, siempre forzando cada manifestación de la vida en la camisa de fuerza de sus leyes. Su forma intelectual de expresión es el dogma muerto, su forma física, la fuerza bruta. Y esta desinteligencia de sus objetivos deja su marca en sus seguidores y los hace estúpidos y brutales, aún cuando estaban originalmente dotados con el mejor de los talentos. Cuando uno es constantemente impulsado a forzar todo a un orden mecánico, termina convirtiéndose en una máquina él mismo y pierde todo sentimiento humano.

9 may 2007

Tu política es más aburrida que la mierda

La costumbre de hablar para no decir nada, de perderse en falsos problemas, de prestar atención a los que hablan de una manera y actúan de otra, de dejarse arrastrar por el deterioro de las estupideces cotidianas y de lo repetitivo; es una manera más de impedir que cada cual reconozca en sus pasiones y en sus anhelos de vida auténtica (lo contrario de los deseos de apropiación privada inventados por el comercio) sus reales intereses. Toda intervención que no culmine en unas medidas prácticas es pura palabrería, una manera de aplazar las cosas. Toda medida práctica que no culmine en el mejoramiento de la vida de cada cual no hace más que reforzar la opresión; y nada puede mejorar realmente la vida que la destrucción del sistema capitalista.

6 may 2007

No me dan pena los burgueses vencidos

"Unos pocos no pueden controlar a unos muchos,
pero unos pocos pueden condicionar a unos muchos
para que se controlen entre sí."


La opinión pública es un valor absoluto para el hombre y la mujer burgueses, porque ellos saben que están viviendo en una manada: una manada de animales asustados, que se volverán en contra de todo aquel que no reconozcan como propio.

Complotan maneras para parecer incluso más normales que sus amigos y colegas. Cualquier cosa que los arrastre fuera de sus rutinas es visto como sospechoso en el mejor de los casos.
El amor y la lujuria son enfermedades, posiblemente fatales, como lo son todas las otras pasiones que podrían llevar a la realización de actos que desemboquen en la expulsión de la manada..

Para nada admitan sentir algo que no pertenezca a la oficina o a la cena.
Bajo ninguna circunstancia admitan querer algo más o algo diferente a lo que “todos los demás” quieren; cualquier cosa o cualquier persona que eso sea.

Asegúrense de tener dinero suficiente como para participar en los más variados rituales. Para mantener su identidad intacta, dejen claro a que subculturas y estilos están alineados, con que bandas y con que modas y con que políticos desean ser asociados

¿No se atreverían a arriesgar su identidad, no? Esa es tu armadura característica, tu única protección contra la muerte segura a manos de tus amigos. Sin una identidad, sin bordes que definan los límites de vos mismo, sólo te disolverías en el vacío ¿no es cierto?

El hombre burgués no es un individuo. No es una persona real. Es el cáncer adentro de todos nosotros. Y ahora puede ser curado.


Sos el blanco perfecto

La juventud es una época en la cual deberías estar reevaluando las asunciones y tradiciones de las generaciones pasadas, en la que deberías desear apartarte de aquellos que estuvieron antes que vos, y crearte una identidad propia.
Pero en nuestra sociedad, "la rebeldía juvenil" se ha convertido en un ritual: se espera que cada generación se rebele por unos años contra el orden social, antes de "crecer" y "aceptar la realidad". Esto niega cualquier posibilidad para un cambio verdadero que podría tener la fresca perspectiva de la juventud; por ahora la rebeldía es "sólo para chicos", y ningún joven se atrevería a mantener su resistencia en la adultez, por miedo a ser visto como infantil.
Este convenio actúa de manera muy positiva a favor de ciertas empresas que dependen del "mercado juvenil". ¿A dónde está yendo tu dinero cuando te comprás ese disco compacto, esa billetera con cadena, esa tintura para el pelo, esa campera de cuero, esos posters y todos los demás accesorios que te identifican como una persona joven y rebelde? Directamente a las empresas que constituyen el orden contra el cual querés estar. Se enriquecen con tus impulsos rebeldes, al venderte los símbolos de rebeldía que en realidad, lo único que hacen es mantener girando al engranaje.
Mantenés sus bolsillos llenos, y ellos los tuyos vacíos; te mantienen impotente, ocupado únicamente en intentar juntar el dinero para encajar en los moldes que ellos mismos establecen para vos.

2 may 2007

Relaciones Mutuamente Beneficiosas

Revolución no es hacer adoptar una misma posición a todos, sino la creación de relaciones simbióticas entre individuos diferentes y únicos.

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