23 jun 2007

Ya estoy muerto

Desde el momento en que me despierto, me siento infeliz.
Siento el vacío de los objetos a mi alrededor, que no me estimulan.
Que lo único que llenan es su propio espacio físico.

Me siento terriblemente mal conmigo mismo en cuanto prendo el televisor.
Me siento totalmente inacabado o inseguro.
Tengo una imagen desvirtuada y desenfocada de mí mismo. Soy sólo un cuerpo, el cual necesito constantemente perfeccionar para lograr parecerlo a los modelos perfectos con los que me bombardean constantemente.
Pero nunca lo logro, por supuesto. Por más que ingiera alimentos que no me gustan, haciendo del comer un sacrificio y una rutina. Por más que reduzca la cantidad. Por más que no coma en absoluto y me castigue durante horas en la falsa familiaridad artificial de un gimnasio.

No encuentro el gozo cotidiano, sólo metas difusas de placeres futuros e inciertos. Y en cuanto encuentro uno por casualidad, inmediatamente me siento culpable, pues he pecado. Y aún no sintiéndome culpable de mis actos otros se encargarán de declararme de esa manera, encerrándome en una celda, condenado a la marginación momentánea.
Me siento incompleto si no consumo, insatisfecho si no pago.
Incompleto e insatisfecho segundos despues de haber pagado para consumir.
Verdaderamente incómodo envuelto en estas ropas que uso para parecerme a los demás.

Me siento incansablemente controlado, desesperantemente vigilado, exhaustivamente cooptado y aconsejado para actuar casi forzosamente en aras del “bien común” que jamás veo, a no ser que signifique la creciente concentración de bienes en pocas manos de quienes ya tienen suficiente, en perjuicio de los que a duras penas tienen nada.

No sé lo que es la verdadera felicidad, no veo carteles que la publiciten, medios de comunicación que la difundan ni especialistas que hablen bien o mal de ella.
No sé si existe dios, pero siempre me dijeron que él nos ama. Nos hace sufrir toda una vida para probar que somos buenos hijos, y no me apena saber si su promesa de vida eterna es otra falacia, pues estaré demasiado muerto para reclamarle. Por eso inclino mi cabeza en la iglesia al momento de rezar, ocultando el deseo fervoroso de todo lo que se me prohibe.

Odio mi trabajo, que me deja tan cansado e intolerante que cuando vuelvo a casa sólo tengo ganas de dormir, recargando energías para otro día de trabajo. Nada de hablar o reflexionar.
Por suerte tengo un auto que me lleva rápido, el cual pago con gran parte de mi sueldo.
Y si estoy muy nervioso siempre puedo descargarme golpeando a mi mujer y mis hijos. Qué alivio. O incluso tomarme unas estresantes y caras vacaciones en algún promocionado destino turístico, las cuales pagaré con otro año de trabajo.
Y si todo esto no funciona, puedo simplemente endeudarme de por vida con una tarjeta de crédito, el deporte favorito de la otra cara de mi matrimonio, la peor de las mentiras de la empresa “Para siempre”.

Me siento inútil. No tengo tiempo para pensar en nada.
Me siento ajeno. No es ésta la vida que quería llevar.
Me siento vacío, he de comprar.
Me siento todo un hombre moderno. Ya estoy muerto.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien es Winston Smith?

Anónimo dijo...

para que queres saber? sos policia?

Anónimo dijo...

yo soy el turco asad, pero no le digan al turu porque se pone celoso

Anónimo dijo...

Muy bueno boludo, de lo mejor que leí por acá.

Anónimo dijo...

http://www.30noticias.com.ar/despachos.asp?cod_des=55695&ID_Seccion=84

Anónimo dijo...

re da el texto, estoy tratando de hacerlo temita, pero tha winston tendría que acortarlo un toquecin.

C dijo...

me encantó.
y no queres saber quien es winston smith.
es de los chabones que te embarazan y salen corriendo

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